domingo, 31 de agosto de 2008

INVITACION

INVITAMOS A TODOS LOS DOCENTES Y ESTUDIANTES DE LA FACULTAD DE PSICOLOGIA A PARTICIPAR EN EL SEMINARIO CURRICULAR QUE SE DESARROLLARA EL SABADO 6 DE SETIEMBRE DE 2008 EN EL AUDITORIO DE LA FACULTAD. DURANTE LOS TALLERES PODRAS DAR TU OPINION SOBRE PROPUESTAS AL NUEVO PLAN DE ESTUDIOS Y SOBRE LAS SUMILLAS DE LOS CURSOS QUE SON LOS TEMAS CENTRALES DE LOS TALLERES.

http://www.unmsm.edu.pe/psicologia/

IGUALMENTE INVITAMOS A DAR SUS OPINIONES ALCANZANDO SUS COMENTARIOS A TRAVES DEL PRESENTE BLOG.

2 comentarios:

Alde dijo...

I) Hay que modificar la sumillas de los cursos llamados "prácticos" englobándolos como teórico-prácticos. Aunque parezca de pero grullo, la práctica siempre lo es de algo que previamente se organiza teóricamente. Hasta en un taller tienen que haber coordinaciones y explicaciones previas para organizar los contenidos de los ejercicios programados, y por qué se hacen. P. ej., en el caso de MTU basta ver los sílabos (respondo por el mío y por los que he revisado de otras Ues), para encontrar una multitud de temas aledaños que involucran la aplicación de toda una filosofía del trabajo universitario e intelectual, y eso es teoría.

II) Respecto a cursos definidos como puramente teóricos tampoco es así. P. ej. en epistemología debíeran plantearse prácticas dirigidas a la discusión de textos filosóficos y científicos pertinentes a los contenidos temáticos. ¿Si no se hace allí entonces cuándo?

III) Un problema mayor es el que que veo en cursos englobados como básicos o generales, los cuales:
1) En su contenido temático y bibliografía no exponen el abanico de perspectivas que se encuentran en el campo, sino sólo un punto de vista parcial (a veces parcializado) que es el del(a) profesor(a) encargado(a), y
2) No plantean prácticas relacionadas con la teoría, sino ejercicios dedicados a manejo de instrumentos de evaluación en el área, cosa no adecuada porque:
a) promueven habilidades incompatibles con la altura del nivel curricular en que se encuentran los alumnos de 2do. a 4to. semestre (lo que es inconsecuente con la sumilla y tiene obvias barreras éticas de acuerdo al Código del CPP), y
b) adelantan contenidos prácticos propios de asignaturas posteriores sí dedicadas oficialmente a la enseñanza del manejo instrumental.
Ojo a esto, por favor.

William Montgomery

vmonterolopez dijo...

Propuesta de revisión de nombre de asignatura «Psicología de la motivación y la afectividad».
Presentada por: Manuel Campos Roldán.
Contenido de la propuesta:
La asignatura debiera denominarse: Psicología de la motivación y las emociones, o, simplemente: Motivación y emociones.
Justificación de la propuesta:
Los textos aparecidos y publicados en español acerca de la psicología de la motivación y las emociones desde 1994 no tienen capítulo, ni concepto ni teoría alguna relacionada con la afectividad. El primer texto publicado en español con el nombre de Motivación y emoción sería el de Johnmarshall Reeve, editado por McGraw-Hill/Interamericana de España (la segunda edición en nuestro idioma es de 2003), y el concepto de afectividad no aparece ni en el índice alfabético.
En 2002, la misma editorial publicó un texto escrito, no por especialistas de origen estadounidense, sino por psicólogos españoles: Psicología de la motivación y la emoción, coordinado por Francesc Palmero, Enrique Fernández-Abascal y otros. Tanto el libro de Reeve como este último se encuentran en la Biblioteca de la Facultad, y los propios estudiantes podrían dar fe de que en ninguno de ellos se encuentra el problema de la afectividad.
Se trataría, por tanto, de una asignatura cuya denominación estaría desfasada, en el mejor de los casos, y, en el peor, retendría una tradición filosófica que se remontaría desde el Medioevo hasta al menos Immanuel Kant (1724-1804). El Diccionario RAE define afectividad como conjunto de sentimientos, emociones y pasiones, lo que hace de él un término ambiguo y confuso.
El concepto de emoción designa a estados que comprenden modificaciones somáticas –léase sensaciones- y variaciones en el estado de ánimo –léase sentimientos-, y únicamente estas últimas constituyen la afectividad en tanto susceptibilidad de ser conmovido, impresionado o perturbado –afectado, en una palabra- ante alteraciones en el orden o rutina de los acontecimientos. De allí que, por ejemplo, Pedro Ortiz Cabanillas, en El sistema de la personalidad, pág. 145, señale como componente de la actuación personal al sistema afectivo-emotivo.

Manuel Campos Roldán
Setiembre 2008